Los antiguos habitantes de la rivera de los ríos del chaco salteño, cuentan de unos seres que habitan los ríos que se encuentran principalmente en el norte.
Lo asocian a los mulatos que se desempeñaban como esclavos en las haciendas. Maltratados y ultrajados los niños, se escapaban y refugiaban por las noches del yugo de sus amos en las riveras de los ríos.
Cuenta la leyenda que el río al ver tanto sufrimiento los acogió en sus aguas y desde entonces son los guardianes de los habitantes de los ríos.
Se les aparece a los cazadores furtivos y malintencionados que se adentran al monte o cerca de los ríos y arroyos con malas intenciones.
Se habla de un pez niño de piel muy oscura como la noche, que se le presenta al sujeto y con un grito aterrador los confunde y hace salir huyendo a los intrusos.
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